Temprano en la mañana, mientras esperaba la buseta para ir a su tratamiento de hemodiálisis, el señor Morales recordó los días de mercado…

La estufa de leña encendida desde antes del amanecer con el té de yerbas.

Las estrellas.

La chimenea, las nubes hasta el pie de la montaña. Las gotas de rocío en las hojas de las moras y el viaje en chiva con aquel olor a humo que salía de las faldas de las mujeres.

Apretó duro la lengua al paladar y pudo casi sentir el sabor de las uchuvas. Luego le llegó al pecho una nostalgia que bajó hasta el estómago convertida ya en un reproche por no haber disfrutado más de aquello.Sacudió la cabeza para espantarse el pensamiento del pasado.

Cuando salió de su diálisis, ya con la sangre limpiecita, aprovechó para darse una licencia. Se compró un buñuelo y una gaseosa de manzana. Con los ojos cerrados masticó y bebió despacio. Cuando terminó se quedó embebido mirando los reflejos de la luz del sol en las hojas de un almendro.

Silvia, Cauca, 2022.