El escenario es el río Capá, un afluente del Atrato. Esto es pura selva chocoana con todos sus problemas de minería ilegal, tala de bosques, cacerías entre grupos armados y mafias…

Andaba allá recién se cumplían dos años desde que la Corte Constitucional había emitido un fallo histórico y muy particular. Se trata de una sentencia  que ordena por primera vez proteger los derechos de un río -el Atrato- y no de una persona con cédula de ciudadanía y domicilio. Aquel fallo histórico y bonito le pide al Estado que adelante acciones para proteger la vida del río, incluida su gente. 

Lo primero que pensé al verlas estudiando juntas en el marco de la puerta era que la abuela estaba echándole una mano a la nieta con las tareas. Y no era así. Por años esta ha sido una zona dura, olvidada, muy azotada. El analfabetismo entre los mayores es común. Después de la decisión de la Cortte, andaban yendo profesores los fines de semana para enseñar a los mayores las letras y los números. Así que era la niña la que ayudaba a la abuela con los números hasta cien.

¿Cómo andará la vida en el  Atrato? ¿Su gente? ¿La guerra? ¿Cómo irán los compromisos de ese fallo?

Río Capá, vereda La playa, Chocó, 2018.